Sentí que encogía, con una rapidez de vértigo me sentí más y más pequeña. El mundo que me rodeaba cambió sustancialmente y me pareció vivir en la mente delirante de alguien…
Algo me impulsaba a huir a través de un campo lleno de jirafas ardiendo, me dieron pena, pero no podía pararme a consolarlas: tenía que llegar al borde del fin del mundo si deseaba sobrevivirme a mí misma.
Traté de encontrarme, pero era tan pequeña que no sabía dónde estaba. No tenía ni frío, ni calor, tan sólo prisa. Un caballo con cara de mujer empezó a seguirme, sus labios pintados de un rojo cereza me dieron miedo: estaba segura que deseaba comerme, pero me zafé escondiéndome bajo una Amanita Muscaria. Pasó de largo y respiré.
Cuando menos me lo esperaba una gaviota me cogió en su pico y me llevó al borde de un acantilado:
- Este es el fin del mundo – me dijo.
- Las gaviotas no hablan - contesté.
- Ni las agujas de reloj tampoco.
Sonrió y salió volando. Me miré incrédula y, efectivamente, yo era la aguja pequeña de un reloj retorcido e informe, que colgaba de un árbol seco en la raya del fin del mundo…
Algo me impulsaba a huir a través de un campo lleno de jirafas ardiendo, me dieron pena, pero no podía pararme a consolarlas: tenía que llegar al borde del fin del mundo si deseaba sobrevivirme a mí misma.
Traté de encontrarme, pero era tan pequeña que no sabía dónde estaba. No tenía ni frío, ni calor, tan sólo prisa. Un caballo con cara de mujer empezó a seguirme, sus labios pintados de un rojo cereza me dieron miedo: estaba segura que deseaba comerme, pero me zafé escondiéndome bajo una Amanita Muscaria. Pasó de largo y respiré.
Cuando menos me lo esperaba una gaviota me cogió en su pico y me llevó al borde de un acantilado:
- Este es el fin del mundo – me dijo.
- Las gaviotas no hablan - contesté.
- Ni las agujas de reloj tampoco.
Sonrió y salió volando. Me miré incrédula y, efectivamente, yo era la aguja pequeña de un reloj retorcido e informe, que colgaba de un árbol seco en la raya del fin del mundo…
Lola Bertrand
Imagen tomada de internet.
11 comentarios:
Hermoso paisaje el de tus letras, mi querida Lola, narrando con un matiz de voz elocuente e imaginativo.
Un abrazote.
(Cuando puedas mandame algo tuyo para Voces de Hoy)
Fascinantes tus paisajes, Lola.
Abrazos
Eva
oh Lola....
tu creatividad tan fecunda
dibuja soles y lunas
y vidas y rincones
y le brotan corazones!
♥♥♥♥♥♥♥besos♥♥♥♥♥♥
A esto lo llaman imaginación y buen hacer, Lola.
Es un placer visitar tus "casitas" cibernéticas.
Siempre siempre da gusto adentrarse en estas costas de letras maravillosas, porque recreas un paisaje tan bien que nos metes en tus historias, relatos y poemas.
Siempre vuelvo, siempre paso, aunque a veces no dejo constancia para no ser una pesada.
Besos desde la otra orilla!
Vero
Lola, toda la fantasía resplandece en esta prosa. ¡Una maravilla!
muy bueno tu juego de espacio, paisajes y palabras.
¿pudiste disfrutar del homenaje a Ángel González?
Un abrazo.
bello blog que mas puedo decirte voy a volver
Original y llena de fantasía tu prosa , Lola
Es un placer leerte.
Abrazos
Anina
Magnífico leerte de nuevo. No sé si me recuerdas Lola, soy hechi, os tenía a todos muy perdidos de vista salvo porque os leo en Palabras Diversas, donde puedo seguir disfrutándoos pero allí es más difícil leeros al completo. Desde el blog de viento gris te vi, llegué a tu otro blog y aquí me tienes emocionada leyéndote y además, veo tantos admirados escritores y amigos en tus enlaces que estoy hasta nerviosa, te enlazo, esta vez no te pierdo de vista, un besazo enorme preciosa!!!
Genial Lola¡¡¡ abrazos
Miriam
Publicar un comentario