domingo, 10 de agosto de 2008

LOS OJOS DEL NILO


¡Oh, mi Señor!, perdonad mi atrevimiento por penetrar en vuestra intimidad sagrada: solamente he venido a buscar vuestros ojos en el Nilo.

Poseéis la mirada oculta de los dioses, lo sé, a pesar de mi incultura de esclava nubia, llego a comprender donde se oculta la verdad de las cosas y las pupilas que son eternas.

Vos sabéis, mi bien amado en el silencio de las sombras, que Caronte me ha trasladado de una margen a otra en multitud de ocasiones, dando luz y oscuridad a mis pensamientos.
También sabéis que Orión ha entrelazado nuestros nombres secretos entre sus constelaciones. Así está escrito y así permanecerá por siempre.

Sin embargo, mi amado viajero con sandalias de cristal, ¿porqué esta sin razón de vidas paralelas y desencuentros?

Con mis dedos de ciega he recorrido todos los nombres de nuestras diosas y dioses, para intentar descubrir cual de ellos forjó nuestro destino, pero su respuesta es un silencio indescifrable.

He traspasado, de rodillas, uno a uno todos los velos de la diosa Isis, para preguntarle si sois junco, o pez, o flor de nenúfar: quiero, deseo estar con vos allí donde estéis…

Pero esos dioses, los nuestros, parecen ser sordos a las súplicas de una vulgar mortal.
Por eso, mientras tenga monedas para pagar al barquero, cruzaré de un lado a otro las márgenes del río buscando vuestros ojos mi amado Señor de las calmas y de las tormentas.

Hoy he llegado hasta la higuera que plantasteis, un día ya muy lejano, sobre mi tumba, y me deleité con sus frutos ahítos de miel: gracias, Mi Señor, por hacer que en estos periodos de alejamiento pueda disfrutar del sabor de vuestros labios.
Lola Bertrand

9 comentarios:

mia dijo...

siempre eres un compromiso de genial dulzura

y óptima creación,

pero hoy....

hoy me puedes con tanta belleza!

Besos

Anónimo dijo...

Una y otra vez las almas que nacieron unidas están destinadas a encontrarse por siempre, hasta que el universo les conceda por fin esa ansiada eternidad, y así es siempre.
Bellísimo Lola, un besazo

Unknown dijo...

Las hojas de la higuera oculta la sonrisa rosada de sus frutos. Los dias del verano pasan sin besar tus labios dulces como el azufaifo. Sin acariciar tus caderas, libres como pétalos de anémona. Solo soñar hasta perder la razón.

Anónimo dijo...

Bellas palbras y sentimientos, Lola.
Abrazos
Eva

Anónimo dijo...

Precioso y cuidado texto e imagen impactante que me han trasladado por unos momentos al espectacular río de la vida.

Gracias

Anónimo dijo...

En ocasiones Lola, tan sólo nos es dado el sabor de la dicha (miel de higuera), pero seguimos sin saber algo sobre el que en esa tierra depositó la semilla.
Este viaje tuyo es un deleite, tanto que esos ojos o esa mirada que buscas, se parece a un océano, como todos los océanos, sin fin.
Un abrazo de xavier.

gaia56 dijo...

Magistral amiga Lola. Siempre me trasformas mucho más allá y más profundo de lo que imaginas.
El párrafo final es precioso. Y la imagen, esos ojos entre los verdes ayudan a dar más profundidad a tu escrito.
Un beso.
¿nos veremos el sábado en Candás?

gaia56 dijo...

Lola, hace mucho que no sé nada de ti. Espero que estés mejor. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Con sólo mirar a los ojos estamos tracendiendo el ser humano. Bonita imagen y un escrito con sentimiento.

Un abrazo gigante!